El cuerpo emocional, denominado cuerpo astral, es el portador de nuestros sentimientos, de nuestras emociones y de las cualidades de nuestro carácter; ocupa aproximadamente el mismo espacio que el cuerpo físico.
Toda emoción se irradia en nuestro aura a través de los chakras.
En el cuerpo emocional están almacenadas todas nuestras emociones no liberadas conscientes e inconscientes, las sensaciones de abandono, soledad, rechazo y falta de autoconfianza, etc; emiten sus vibraciones a través del aura emocional y transmiten el mensaje inconsciente que enviamos al mundo exterior.
Las frecuencias energéticas que emitimos atraen vibraciones energéticas iguales del entorno y se unen con ellas. Por eso, nos encontraremos con personas y situaciones que reflejan aquello que nosotros queremos evitar o que tememos.
De esta forma, el entorno nos sirve como espejo para sacar a la luz todo lo que hemos relegado desde nuestra vida consciente a las áreas del inconsciente. Los sentimientos no liberados del cuerpo emocional nos llevan una y otra vez a situaciones que se encargan de repetir las vibraciones emocionales originales, ya que de esta manera las alimentamos.
Por ejemplo, una persona que quisiera estar en armonía conscientemente pero inconscientemente irradia frecuencias energéticas contradictorias de enfado con el mundo, que le impedirán alcanzar su objetivo consciente.