La contemplación de los Mandalas como terapia psicológica

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El uso de mandalas en la psicologia se ha convertido en un excelente complemento a las terapias para controlar la ansiedad.

Quizás te interese conocer cuáles son sus propiedades.

Te contamos todo lo que necesitas saber al respecto en los siguientes apartados.

¿Qué es un Mandala?

Recibe este nombre sánscrito, que significa anillo mágico, el dibujo normalmente circular que, según algunos autores, representa al universo. Hay diversos tipos que van desde un dibujo sobre papel hasta un tejido con un estampado.

Lo importante es que su contemplación conlleva una serie de beneficios para nuestra mente dignos de resumir.

¿Qué nos transmiten los mandalas?

Uno de los primeros en defender su validez fue Jung.  Indicó que estos dibujos representan a la mente de la persona que los ve.

Añadió que las imágenes están vivas y que simbolizan la intención del individuo de afrontar un proceso de introspección y de unidad a lo que le rodea.

¿Qué se siente al contemplar un Mandala?

La observación de un mandala es, en sí misma, un perfecto ejercicio de meditación que podemos llevar a cabo fácilmente. Tras unos pocos minutos, no tardaremos en sentir una gran relajación, siempre necesaria para recuperar nuestro equilibrio mental.

Si bien al principio nuestro cerebro intentará encontrar un patrón fijo que se repita en el dibujo, con el paso de los minutos nos daremos cuenta de que resulta más fácil concentrarnos en los pensamientos que nos alteran.

Dejarte llevar por las formas y los colores es siempre el primer paso. Luego, has de convertir tu observación en una invitación a poner en práctica todo tipo de ideas para superar situaciones que se han convertido en un lastre para tu avance personal.

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¿Cuál es el significado de cada forma o color?

A la hora de elegir un determinado dibujo, ten en cuenta que cada uno de ellos esconde un significado específico. Descubre por qué te llaman la atención una serie de colores al escoger el mandala que quieres contemplar.

El color rojo se conecta con el primer chakra y es el representante de la pasión, la agresividad y la fuerza.

El naranja es el color del segundo chakra. Su significado se asocia a términos como la gloria, la vanidad, la energía y el progreso.

El amarillo está conectado a tu tercer chakra. Indica novedad, voluntad y alegría.

El verde es la representación de tu cuarto chakra. Si lo eliges es porque quieres recuperar tu conexión con la naturaleza, con tu parte más desenfadada y con la esperanza de poder seguir evolucionando.

El quinto chakra es el del color azul. Transmite ganas de comunicarte, respeto y calma.

El sexto chakra tiene conexión con el violeta y subraya tus ganas de crear algo distinto, de meditar y de buscar nuevos horizontes.

El séptimo chakra es el del color blanco. Está relacionado con tu deseo de encontrar el equilibrio, con tu bondad y también con tu timidez ante ciertas situaciones.

El rosa expresa tu altruismo y tu delicadeza.

El color oro es sinónimo de vitalidad.

Los tonos plateados aluden a tu bienestar y a tu capacidad extrasensorial.

Si el color predominante en tu elección es el negro, has de saber que expresa tristeza, pero también seguridad en ti, dignidad y un anhelo de experimentar sensaciones más profundas.

Si quieres profundizar mucho más en el significados de los colores en los mandalas te aconsejo echar un vistazo a este artículo donde se explica en detalles.

Respecto a las formas, no podemos olvidar que son tan importantes como los colores, ya que indican cuál es tu carencia y te marcan el camino para solucionarla:

Las figuras circulares o esféricas hacen referencia a tu integración en el planeta y a tus ganas de permanecer siempre en movimiento.

Las formas triangulares están relacionadas con tu deseo de transformación y de mantener tu vitalidad.

Las cruces son siempre interesantes, ya que significan la unión de tu consciente con tu inconsciente. Igualmente, hacen referencia a tu parte más terrenal y a la espiritual.

Los cuadrados podrían confirmar tu deseo de encontrar el equilibrio y la estabilidad.

Las formas laberínticas son siempre interesantes, puesto que indican que estás buscando la salida más adecuada a una situación.

Las estrellas representan tu lado más optimista y tus ganas de evolucionar.

Las espirales muestran cuál es tu nivel de vitalidad y confirman tu posible confusión ante ciertas situaciones.

La forma de corazón es el fiel reflejo de la felicidad y de la amistad.

La mariposa es símbolo de dejar atrás una etapa poco favorable.

El pentágono te une como persona a los distintos elementos naturales que te rodean.

El hexágono tiene relación con tu equilibrio.

Por lo tanto, elegir un mandala no es un acto arbitrario, sino el reflejo directo de los pensamientos y necesidades psicológicas que necesitamos superar mediante su observación.

Beneficios terapéuticos de los mandalas

Desde el siglo XIX se vienen usando por parte de psicólogos y psiquiatras con el objetivo de obtener un resultado relacionado con los siguientes beneficios:

Transformar el concepto del paciente de su entorno más directo. El dibujo a observar se considera como un centro energético que contribuye a purificar y a equilibrar a la persona.

Cada forma o color puede asociarse a un sentimiento específico. Es adecuado ofrecerle al paciente varias alternativas para que escoja voluntariamente su favorita. El profesional puede llevar a cabo una evaluación de su elección y analizar los motivos de esta.

El dibujo es un camino que va desde el interior de la persona que lo observa hasta la realidad que le produce alteraciones en su estado anímico. Contemplarlo permite realizar el trayecto en ambas direcciones hasta detectar dónde está el problema a corregir.

Diversos estudios confirman que la observación de un mandala durante varios minutos logra bajar el nivel de estrés y la ansiedad.

Son altamente recomendables como una forma más de meditación. A medida que los vamos viendo, liberamos los pensamientos, despejamos la mente, mejoramos la concentración y aumentamos la atención. El equilibrio entre mente y espíritu, así como el autoconocimiento, son otras consecuencias directas de contemplar un mandala.

En algunos casos de trastorno por estrés postraumático, el uso de mandalas ha sido muy eficaz para acortar los periodos de recuperación del paciente.

¿Cómo puedes convertir la observación de mandalas en una terapia personal?

Tras haber leído la información anterior, conoces los beneficios de estos dibujos, pero no por qué se produce esa sensación de calma y de claridad mental. Diversos estudios indican que lo habitual es que uses el hemisferio izquierdo de tu cerebro para pensar, hablar o realizar cualquier actividad.

El hemisferio derecho, donde radica la parte más emocional y creativa, parece trabajar a otro ritmo, pero es posible activarlo al mirar un mandala. Es decir, durante la contemplación del dibujo que prefieras, tu cerebro apostará más por imaginar distintas situaciones que por encontrarle cierta racionalidad a lo que está percibiendo.

Podríamos afirmar que lo que se siente al contemplar un mandala es una calma que proviene de desactivar, durante unos minutos, el hemisferio izquierdo para disfrutar del momento de forma distinta.

Durante el análisis de las formas y los colores que veas, podrás averiguar cuál es el estado de tu mundo interior, cuáles son los cambios que necesitas llevar a cabo y cómo recuperar las sensaciones positivas para orientar tu vida hacia una dirección más adecuada.

Pero también hemos de valorar la importancia de tener tiempo para nosotros mismos, de dedicarle varios minutos al día a mirar un dibujo para relajarnos tras la rutina. Lo mejor es que no necesitamos nada especial para convertir esta tarea en una alternativa de ocio.

Tómatelo como una pequeña visita al psicólogo que puedes realizar cuando desees. Siéntate donde prefieras, elige un mandala y obsérvalo durante varios minutos para comprobar qué puedes hacer para recuperar tu calidad de vida.

La valoración de tus sensaciones

Es fundamental que entiendas que, al mirar cada dibujo, podrás disfrutar de los beneficios terapéuticos de los mandalas.

En algunos casos, sentirás que te resulta fácil encontrar la vía de escape de tus problemas.

En otros, será todo lo contrario, pero en todos sin excepción experimentarás sensaciones diversas que te invitarán a seguir buscando la solución o, como mínimo, un estado de tranquilidad necesario para afrontar tu futuro de forma distinta.

No olvides que estos dibujos, según algunos autores, entroncan con tu espiritualidad y sacan a la luz los deseos de tu inconsciente.

Además, pueden convertirse en un gran apoyo para el desarrollo de un centro energético que te sirva para emprender una etapa vital mucho más tranquila gracias a lo que nos transmiten los mandalas.

Ahora que conoces las distintas aplicaciones de los mandalas en la psicología , no dudes en sacarles el máximo partido posible.

Durante su contemplación, medita para encontrar las distintas opciones a tu alcance.

Te ayudarán a superar las diversas crisis existenciales a las que todos nos vemos abocados en algunos pasajes de nuestra vida.

¿Quién sabe? Quizás dentro de un dibujo se pueda encontrar la llave que abra las puertas de tu felicidad.

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